3 dic 2010
Windowfarms: Huertas Urbanas en la arquitectura
Windowfarms es un proyecto social y medioambiental que busca generar ciudades sustentables en base a la disposición de huertas inteligentes al interior de los edificios. Este funciona a través de la acción específica de cada familia o comunidad, pero la suma de todas ellas intentan generar un impacto mucho mayor.
El cultivo de alimentos individual es muy eficaz ecológicamente porque si se llega a un número considerable de “usuarios” se podría reducir en gran medida la huella de carbono que deja la industria de los alimentos.
Además podría mejorar la alimentación de la población, especialmente la de menos recursos, que consume en su mayoría comida procesada y envasada, o vegetales que ya han perdido su valor alimenticio en el camino al supermercado.
De esta manera cada habitante de la ciudad puede cultivar su propio alimento en la ventana de su casa u oficina, a lo largo del año, mediante estos jardines verticales e hidropónicos, hechos de materiales reciclados o disponibles en cualquier ferretería. El primer sistema a prueba produjo 25 plantas y una ensalada por semana en pleno invierno en Nueva York, a pesar de la poca luz de esa época del año.
Podríamos pensar esta solución como una manera muy efectiva de incorporar la sustentabilidad a la arquitectura. Si desde un principio se consideraran sistemas como éste, con un buen diseño y una disposición estratégica dentro de la vivienda, no sólo se podrían generar edificios verdes, sino también individuos verdes que participen directamente del proceso.
¿Se imaginan entonces, una arquitectura que incorpore este tipo de innovaciones desde el inicio de los proyectos? Quizás sería una buena manera de acercar la sustentabilidad a las personas, hacerlas participes y repensar el concepto de vivienda existente hasta el día de hoy en base a un nuevo estilo de vida.
14 nov 2010
Museo del Medio Ambiente, Río de Janeiro
Acceso propuesto para el concurso de ampliación del Museo del Medio Ambiente, Río de Janeiro
Antonio Pedro Coutinho compartió con nosotros el acceso que diseñó junto a Estelle Dugachard, Fabiana Araújo, Nanda Eskes y Ricardo Caruana para el concurso de ampliación del Museo del Medio Ambiente en Río de Janeiro, Brasil. El desafío principal era encontrar una forma de insertar la arquitectura en un ecosistema poco común: el Jardín botánico de la ciudad de Río de Janeiro.
El proyecto buscaba ser un ejemplo de cómo las construcciones humanas pueden convivir con la naturaleza. Debido al entorno del museo, el proyecto en sí mismo debía pensarse como parte del proceso pedagógico de los visitantes, a través del modo en que el edificio convive con el ecosistema. De esta manera, el proyecto interactúa con el entorno natural desde su diseño y también en la selección de sus materiales.
Diseño del paisaje: “Agua como el equilibrio del ecosistema”
El jardín botánico de Río de Janeiro está localizado en la intersección de varios ecosistemas como bosques montañosos, fuentes hidrográficas y pantanos. El problema de este complejo entorno es que sufre serios daños en las estaciones lluviosas, causando grandes inundaciones en ciertas épocas del año. Por esto, los proyectos deben generar áreas que se desbordan sobre el paisaje para que el agua de la lluvia pueda ser almacenada, reutilizada en el mismo edificio y en el mantenimiento del parque. Esto también permite explorar el diverso ecosistema acuático brasileño, con una enorme variedad de especies de plantas añadidas a la colección del jardín botánico. Evidentemente, el diseño del paisaje podía abrir la posibilidad de tratar las aguas de una manera natural y armoniosa.
Estructura
El concepto del edificio fue pensado investigando las tipologías históricas de edificios en jardines botánicos y las técnicas utilizadas en la construcción de chozas indígenas, escogiendo como material principal la madera de pino reforestado (” pinus caribea”). Su estructura externa fue pensada como una membrana que trabajaría controlando el clima y al mismo tiempo generando una relación constante ente espacios internos y externos. La intención principal del proyecto es acercar a los visitantes a los hábitats naturales; mostrarles cómo la arquitectura puede ser capaz de ser beneficiada por los procesos naturales de su entorno y abrirse hacia él.
Antonio Pedro Coutinho compartió con nosotros el acceso que diseñó junto a Estelle Dugachard, Fabiana Araújo, Nanda Eskes y Ricardo Caruana para el concurso de ampliación del Museo del Medio Ambiente en Río de Janeiro, Brasil. El desafío principal era encontrar una forma de insertar la arquitectura en un ecosistema poco común: el Jardín botánico de la ciudad de Río de Janeiro.
El proyecto buscaba ser un ejemplo de cómo las construcciones humanas pueden convivir con la naturaleza. Debido al entorno del museo, el proyecto en sí mismo debía pensarse como parte del proceso pedagógico de los visitantes, a través del modo en que el edificio convive con el ecosistema. De esta manera, el proyecto interactúa con el entorno natural desde su diseño y también en la selección de sus materiales.
Diseño del paisaje: “Agua como el equilibrio del ecosistema”
El jardín botánico de Río de Janeiro está localizado en la intersección de varios ecosistemas como bosques montañosos, fuentes hidrográficas y pantanos. El problema de este complejo entorno es que sufre serios daños en las estaciones lluviosas, causando grandes inundaciones en ciertas épocas del año. Por esto, los proyectos deben generar áreas que se desbordan sobre el paisaje para que el agua de la lluvia pueda ser almacenada, reutilizada en el mismo edificio y en el mantenimiento del parque. Esto también permite explorar el diverso ecosistema acuático brasileño, con una enorme variedad de especies de plantas añadidas a la colección del jardín botánico. Evidentemente, el diseño del paisaje podía abrir la posibilidad de tratar las aguas de una manera natural y armoniosa.
Estructura
El concepto del edificio fue pensado investigando las tipologías históricas de edificios en jardines botánicos y las técnicas utilizadas en la construcción de chozas indígenas, escogiendo como material principal la madera de pino reforestado (” pinus caribea”). Su estructura externa fue pensada como una membrana que trabajaría controlando el clima y al mismo tiempo generando una relación constante ente espacios internos y externos. La intención principal del proyecto es acercar a los visitantes a los hábitats naturales; mostrarles cómo la arquitectura puede ser capaz de ser beneficiada por los procesos naturales de su entorno y abrirse hacia él.
29 oct 2010
Edificio Transoceánica
Arquitectos: +arquitectos / (Alex Brahm, David Bonomi, Marcelo Leturia, Maite Bartolomé, Felipe de la Jara, Diego Parra, Sebastián Infanta, Manuel Brahm, Mauricio Sanchez, Manuel Pulgar, Javiera Rolando, Ignacio Abé).
Ubicación: Santa Maria de Manquehue, Vitacura, Santiago de Chile.
Cliente: Empresas Transoceánica.
Calculo: Gatica & Jiménez ing.
Eléctrico: Ipel.
Sanitario: Pridaa – Pedro Coromina.
Clima: Bohne Ing. – Enertec (Fco. Avendaño).
Iluminación: Douglas Leonard.
Paisajismo: Juan Grimm.
Seguridad y Comunicación: CLK.
Empresa Constructora: SIGRO.
Certificación LEED: Idiem.
Inspección Técnica: BAU.
Superficie terreno: 20.000 m2.
Superficie Construida: 17.000 m2.
Año Proyecto: 2006-2008.
Año Construcción: 2008-2010.
Fotografía: cortesía +arquitectos
Etiquetas:
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